La susceptibilidad del suelo a erosionarse depende de su textura (combinación de arena, limo y arcilla), de su profundidad, pendiente del terreno, cobertura vegetal y agresividad de las precipitaciones. Estos factores son caracterizados en terreno y complementados con literatura.
El modelo empleado se ajusta a la guía metodológica SAG “Evaluación de Impactos de Riesgos de Activación de Procesos Erosivos”. Se modelan las condiciones de riesgo actuales y las con proyecto, determinando si existirá afectación. El resultado es un mapa de riesgo de activación de procesos erosivos.